Si estás pensando en renovar el mobiliario de tu oficina, seguro que estás revisando todo tipo de aspectos necesarios para que sea una oficina cómoda para cada uno de los empleados. En este sentido, una de las mayores incógnitas tiene que ve con las sillas de oficina: ¿con o sin reposabrazos?
Precisamente, en este artículo vamos a intentar dar respuesta a esta pregunta. Recuerda que, en Ballarol, disponemos de una amplia gama de sillas de oficina, ¡consúltanos sin compromiso!
En este caso, os vamos a decir, de manera sencilla, por qué puede ser útil una silla con o sin reposabrazos. Como es lógico, dependerá del objetivo que tengamos en cada uno de los casos.
¿Por qué elegir una silla con reposabrazos?
Cuando hablamos de una silla destinada para un puesto de oficina, la respuesta es bien sencilla: es mejor que tenga reposabrazos. Si nos ceñimos a los principios de ergonomía en el trabajo y, por lo tanto, a la elección de una silla de oficina perfecta para evitar molestias y dolores de espalda, está más que recomendado que la silla disponga de reposabrazos.
Obviamente, la función del reposabrazos es poder descansar los brazos, los cuales durante horas utilizamos para escribir o utilizar el teclado.
Ahora bien, podría parecer que no hay relación entre la función de un reposabrazos y los dolores de espalda o la ergonomía, ¿verdad? Pues bien, dejar los brazos relajados cuando estamos sentados permite descongestionar la postura general de nuestro cuerpo y, por ende, tener una menor tensión en la espalda.
De la misma forma, el hecho de disponer de reposabrazos puede ser de gran ayuda cuando nos levantamos de la silla, puesto que hacemos algo de fuerza con los brazos para impulsarnos. Sin ellos, forzamos más la espalda a la hora de levantarnos.
Los reposabrazos, por norma general, son regulables, por lo que se adaptan a cada uno a la perfección. Se trata de un elemento indispensable para la comodidad de los trabajadores.
Por lo tanto, es un recurso que puede mejorar la productividad en el trabajo diario de la oficina. No lo dudes, una silla con reposabrazos es la mejor opción para un puesto de oficina en el que estar trabajando horas y horas.
¿Cuándo elegir una silla sin reposabrazos?
Que recomendemos una silla de oficina con reposabrazos para un puesto individual no significa, ni mucho menos, que nunca se deba de escoger una sin ellos. Entre las ventajas de una silla sin reposabrazos está el del precio.
Siendo más económico, se pueden reducir costes en mobiliario, pero además pueden ser perfectas para otras zonas de la oficina que no sean los puestos de trabajo y en lugares en los que no se permanezca tanto tiempo sentado.
Un buen ejemplo de ello es una sala de reuniones. No se suele estar mucho tiempo, pero las ventajas del uso de las sillas sin reposabrazos son también muy interesantes.
Al no tener reposabrazos, este tipo de sillas “ayudan” a utilizar la comunicación no verbal, como la gestualidad, por lo que puede darle un empujón a las reuniones internas, así como al equipo comercial durante una reunión con un cliente.
Son unas sillas que también pueden servir para el office y así poder estar relajadamente en el tiempo de descanso.
Como puedes ver, para un puesto fijo siempre recomendamos una silla con reposabrazos, aunque la otra opción también puede ser interesante para salas de reuniones o de descanso, ¡tenlo en cuenta!
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