Muchas veces, preservar la salud de nuestros empleados depende de pequeños detalles. Por una pequeña inversión, podemos conseguir que la productividad de nuestra oficina sea mucho mayor y que no tengamos que hacer frente a diversos contratiempos, como una baja laboral.
Efectivamente, cuidar a tu equipo hace que pueda trabajar sin ningún tipo de problema. Ahora, hay que pensar en aquellos elementos que hacen que pueda padecer molestias.
Cualquiera que trabaje en una oficina, permanece sentado en su puesto de trabajo muchísimas horas a lo largo del día. Esto implica dos problemas principales. Por un lado, que podemos adoptar malas posturas. Por el otro, que podemos permanecer en la misma postura durante mucho tiempo, lo cual también es contraproducente.
Por ello, el dolor de espalda es uno de los problemas que muchos trabajadores pueden padecer, un dolor que se puede llegar a convertir en algo crónico, derivando en enfermedades graves de espalda, siendo una de las principales causas de baja laboral en este tipo de empleos.
Es cierto que existen muchas maneras para evitar que este dolor de espalda deje de persistir, como tomar los descansos adecuados y aprovechar para estirar o sentarse de forma adecuada. De la misma forma, hacer ejercicios centrados en mantener una espalda saludable también debe de ser un hábito más que recomendado.
Con una pequeña inversión en el mobiliario de la oficina, podemos conseguir paliar este tipo de dolencias. De hecho, en este artículo os vamos a hablar de cómo elegir la silla adecuada para evitar el dolor de espalda. Es decir, nos referimos a sillas ergonómicas.
Ergonomía, el principio clave para elegir una silla de oficina
Muchas veces, se hace hincapié en que una silla tiene que ser cómoda. Esta respuesta es cierta, a medias. Así, si de costumbre adoptamos una mala postura, una silla que consideremos cómoda hará que permanezcamos en esa mala práctica. Es más, si normalmente “nos sentamos mal”, lo adecuado es tener una silla que, poco a poco, nos corrija dicha postura.
Por eso, el concepto adecuado es si una silla es ergonómica o no, la cual se tienen que adaptar a nuestras características físicas y a una posición correcta. ¿Cuál es esa postura? Para evitar problemas de espalda, lo mejor es establecer una posición con ángulos de 90º entre nuestras piernas y tronco. También debemos de estar cómodos si la relación entre las rodillas y tobillos dibujan un ángulo recto.
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Consejos para elegir una silla adecuada para nuestra espalda
Vamos a ver una serie de consejos y recomendaciones que nos pueden ayudar, de cara a la elección de una silla de oficina adecuada para nuestra espalda. Así, hay que considerar una serie de elementos de una silla perfecta de oficina, ¡permaneced atentos!
Respaldo de la Silla
El elemento más importante de una silla diseñada para evitar dolores de espalda reside en el respaldo de la misma. Siguiendo el principio de ergonomía, la silla debe de proporcionar la colocación de la espalda a 90º con respecto a las piernas y la cadera.
Para evitar problemas cervicales, se aconseja también que el respaldo no sea rígido. Es decir, que sea amortiguable, con el fin de que no ejerza una presión desmesurada sobre la espalda. Otro aspecto interesante, en lo que respecta al respaldo, es que esté curvo, con el objetivo de adaptarse a la forma de la espalda y proteger, sobre todo, la zona lumbar.
Regulación de la Silla
Todas las sillas tienen, o deberían de tener, una regulación de altura. Gracias a ella, podemos adecuar la postura adecuada, independientemente de nuestras características físicas. Así, se pueden adaptar, en función de la estatura de la persona que la vaya a utilizar.
La regulación de altura también nos permite establecer nuestra posición con respecto a la pantalla. Un error frecuente cuando se trabaja en la oficina es que la pantalla esté por debajo de nuestra mirada natural, exactamente al frente, en línea recta. Si la pantalla queda por debajo, trabajaremos con el cuello en una posición inadecuada, lo que nos generara molestias. Si, por el contrario, adelantamos el culo para que esta mirada quede justo a la altura de la pantalla. Padeceremos problemas en las lumbares.
Uso de reposabrazos
Normalmente, el reposabrazos es uno de esos elementos que no se suelen tener en cuenta para prevenir el dolor de espalda. En un principio, parece que no hay relación entre el reposabrazos y la espalda.
Sin embargo, apoyar los brazos en un reposabrazos ayuda a descongestionar la postura general de nuestro cuerpo, cuando estamos sentados. Asimismo, nos sirve para apoyarnos a la hora de levantarnos de la silla, sin necesidad de hacer un movimiento brusco con la espalda.
Estabilidad de los pies
Las sillas de oficina más baratas tienen 4 pies. Por el contrario, es recomendable que una silla tenga 5 pies. La diferencia de estas sillas reside en la estabilidad, ¿y de qué nos sirve? La realidad es que, de forma inconsciente, tendemos a inclinarnos a un lado o a otro, ejerciendo algo más de presión sobre uno de los lados y generando malas posturas, cuando estamos sentados.
Esto, como es obvio, puede ocasionar una curvatura de nuestra columna no natural, generando dolores de espalda. De la misma forma, debe de tener ruedas para que proporcione la movilidad adecuada.
Si te fijas en todos estos elementos, estamos seguros de que elegirás la silla adecuada para la oficina. Con ello, conseguirás que tus empleados tengan menos dolores de espalda y mejoren su productividad, ¡tenlo en cuenta!
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