El coworking es compartir el mismo espacio de trabajo, tanto físico como virtual, para desarrollar el trabajo en nuestras oficinas. Consiste en que los diferentes grupos o áreas de nuestras empresas, compartan un mismo espacio, llevando sus propuestas y trabajos de manera independiente pero compartiendo los equipos y las oficinas.

Esta convivencia laboral permite los flujos y sinergias entre los distintos departamentos de la empresa, así como un ambiente labora más relajado y fluido que redundará en un incremento de la productividad, la motivación, la colaboración, el intercambio de conocimientos y la satisfacción de nuestros empleados.

Según estudios la gente es más productiva y colaborativa cuando trabaja rodeada de otras personas. Los encuentros casuales y la conversación precipitan la creatividad y las ideas son compartidas.

¿Dónde surgieron estos espacios coworking?

En un principio el coworking surgió como una forma de dotar a profesionales liberales, autónomos y microempresas de un espacio totalmente equipado para realizar el trabajo y tener un sitio con las características propias de una oficina o sede profesional en la que recibir a nuestros clientes, proveedores, etc, de una forma más económica que el alquiler de unas oficinas, y que además relacionaba a sus usuarios, propiciando la colaboración entre ellos al abrir nuevos nichos de negocio surgidos de estos contactos.

Poco a poco, las empresas con sede propia han ido viendo las ventajas de estos espacios colaborativos y no son pocas las que han adaptado sus instalaciones a este tipo de distribución

Entre las ventajas está el compartir el equipamiento de la empresa, poniendo a disposición de los empleados, zonas de reunión informal, zonas más formales para visita o reuniones más serias y que requieran de privacidad, equipos informáticos, etc.

Estos espacio coworking suelen se abiertos y favorecen la circulación ente las distintas zonas de la empresa, que crean interacciones y fomentan el aprendizaje y la innovación.

En grupo se es más fuerte que solo, crear estos espacios colaborativos sin puestos de trabajo fijos, fomenta la comunicación entre los trabajadores más experimentados y las nuevas incorporaciones llenas de fuerza y nuevas ideas.

Para equipar un espacio coworking deberemos tener en cuenta algunos aspectos, para empezar disponer de un área espaciosa y diáfana en la que iremos agrupando los distintos elementos de mobiliario según su finalidad y favoreciendo los flujos de trabajo.

Las sillas de oficina deberán tener una gran comodidad para desarrollar el trabajo y cumplir con las normas de ergonomía para no afectar a la productividad o la salud del usuario y las mesas serán lo suficientemente amplias para que podamos disponer de todo el material necesario para poder realizar nuestro trabajo, en este aspecto cabe destacar los nuevos modelos de mesas elevables eléctricamente que podemos usar para trabajar sentado o de pie según las necesidades del momento.

También hemos de tener en cuenta que serán necesarias zonas aisladas para reuniones privadas o simplemente para conversar por teléfono, para lo que disponemos de paneles fonoabsorbentes a modo de mamparas de oficina que además son un elemento decorativo, o sillones con laterales que nos proporcionan intimidad.

Los fabricantes de mobiliario de oficina se han dado cuenta de las ventajas de este tipo de organización de los espacios de trabajo y ya cuentan con amplias gamas de producto diseñados al efecto, con un diseño innovador y pensado para fomentar las ventajas que proporciona el coworking.